miércoles, 14 de abril de 2010

50 –ANIVERSARIO

Fue un día especial, diferente, además de muy emotivo. Los padres de una amiga celebraban cincuenta años de casados y nos invitaron, ese día, a disfrutarlo junto a ellos. Su hija y yo quisimos darles una sorpresa, prepararles una ceremonia religiosa y que se volvieran a casar, pero no pudo ser, pues ese día y a la hora que queríamos que se celebrara la ceremonia no había sacerdotes disponibles.

Esto no nos desanimó y aunque "chafó" un poco nuestros planes seguimos preparando a conciencia esta ceremonia. Su hermana y ella se encargaron de que los regalos fueran diferentes, entrañables, les confeccionaron un álbum de fotos desde que se habían conocido, pasando por todas las etapas de su matrimonio hasta llegar a este día.
A la vez les compraron dos relojes como símbolo de todo el tiempo que han vivido juntos.

Fuimos diez personas en la celebración. La mesa exquisitamente preparada para el evento que se celebraba, adornada con un bello centro de flores. La comida fue agradable y sabrosa, llena de anécdotas e historias que los agasajados nos iban contando.

Llego la hora de la tarta que con música nupcial sirvieron en la mesa, esto asombró a los novios y demás personas que compartían con nosotros el inmenso comedor, la cortaron como manda la tradición y se les pidió que se besaran como es costumbre en las bodas, ellos tímidamente, con rubor lo hicieron ante el aplauso de los que allí nos encontrábamos.

Después de este momento emocionante donde se vio una lagrima correr por sus rostros, comenzaron las sorpresas en forma de regalos, esto los conmovió, pues no esperaban nada, los nervios les traicionaban al abrir los envoltorios.

Mas lagrimas corrían por sus caras que intentaban disimular, pero nos contagiaban a todos al verlos tan ilusionados, para terminar dejamos mi sorpresa, cuando me vieron aparecer con aquella gran caja se quedaron asombrados, era un regalo simbólico, eran cincuenta objetos que reflejaban los cincuenta años desde que se habían casado y que con toda la paciencia del mundo fueron abriendo uno a uno, mientras les iba explicando el significado de lo que era cada paquete que iban desenvolviendo, y a la vez fui narrándoles lo que representaban, ya que cada uno de ellos albergaba un recuerdo de todos estos años de matrimonio.

Allí había, desde una simbólica vela con su palmatoria, reflejo de las carencias de aquellos tiempos, pasando por, unas monedas que simbolizaban las arras, lo cual les gustó mucho pues en su boda no las habían tenido, y así todo un sinfín de recuerdos que les hizo recordar momentos del pasado tan entrañables.

Estaban encantados pues fueron unos mintos tiernos y en sus caras irradiaba la felicidad descubierta en aquellos gratos recuerdos, con gran contenido simbólico, los cuales fueron guardaron cuidadosamente para conservarlos como algo muy particular y dedicado exclusivamente para ellos dos.

Tengo que decir que fue una tarea laboriosa, el buscar y recopilar todo aquello, pero que viendo el resultado y lo que les gustó, mereció la pena, pues en aquella caja iba una parte importante de recuerdos de su vida.

Este día que pasamos todos juntos, fue muy especial, celebrando el cincuenta aniversario de los padres de mi amiga, a los cuales sorprendimos gratamente y con los que compartimos muy felices esa fecha tan especial.

Flor Martínez Salces ©
Abril 2010

1 comentario:

Anónimo dijo...

Flor, flores para tí, por tus letras, por tu constancia, por avanzar, y regalarnos hermosas vivencias. con la calidez y ternura que se destaca en tí.
Besos