Miro y remiro
las cosas que suceden,
sin entenderlas.
No entiendo nada,
carezco de razón
para pensar.
Pero suspiro
buscando, en mis entrañas,
esas respuestas.
Centro del mundo
le llaman al ombligo,
"de mi universo".
Quizás con ello
podamos conformar
tanto egoísmo.
Malditos "egos",
nos dice la moral
y fe ortodoxas.
Benditos "egos",
sugieren los psiquiatras,
dando sonrisas.
Y mientras tanto,
el mundo nos vacila
en su locura.
Y tú te duermes,
corazón, en el centro
de una utopía.
Rafael Sánchez Ortega ©
19/05/21
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