EL TEMA
Ese día madrugamos, porque mi
hermano, llevaba tiempo pidiendo ir a la nieve. A mis padres, les gusta
practicar este deporte extremo, éste y otro igual de peligroso; ¡Hablarme,
cuando acabo de despertar a tempranas horas! A ver, que yo no digo que “el
amanecer”, no sea bonito, lo es, pero ¿lo podrían poner más tarde? a esas
horas, aún ¡no se me han acabado los sueños!
Mamá y mi hermano, entraron en
mi habitación, como dos elefantes a una cacharrería para despertarme:
-Buenos días Cris ¡Venga,
venga, que nos vamos a la nieve!
-¡Si, si, nieve, nieve!-dijo
okupa, saltando sobre mi cama, como la mona Chita.
-¡Mamá, como siga saltando así,
yo no voy con éste a ningún lado!
-¡Haz lo que quieras Cris!-dijo
mamá con mirada asesina.
El tema es que cuando tu
madre te diga; “Haz lo que quieras,” no lo hagas, quédate quieta, no parpadees
y hazte la muerta. “Haz lo que quieras” es sinónimo de que estás castigada, si
no obedeces y al final terminas llorando y haciendo lo que tu madre diga, con
lo cual...
Ya estamos los cuatro en el
coche, parecemos cuatro “madelmans”cuatricolores, de tanta ropa que llevamos
encima. Antes de encaminarnos hacia la carretera que nos lleva a la Sierra,
papá, aparcó el coche al lado de un cajero automático para sacar dinero, mi
hermano le acompañó de la mano; papá, hizo la operación ante el cajero, okupa,
al ver que salían billetes, se volvió hacia la gente que hacía cola y dando
palmaditas y saltitos dijo:
-¡Mi papá, tiene mucha suerte,
siempre le toca el premio!
Una anciana señora de
detrás, dijo sonriendo:
-¡Qué niño tan listo! ¿Qué
quieres ser de mayor?
-Lo que quiero ser es
“gente”-respondió el listo de él.
¿Gente, eso es abarcar mucho,
poco, es listo, lo contrario? ¡Me desconcierta mi hermanito! Al cabo de dos
horas insufribles de preguntas de mi hermano como: ¿Falta mucho?, ¿cuándo
llegamos? o para molestar como: ¡Tengo pis, tengo sed, tengo hambre! y más
“tengos”, llegamos a la estación de esquí. Todo estabacubierto por un manto
blanco, resplandeciente por los rayos de sol, había muchísima gente repartida
entre los remontes y trineos, practicando. Papá y mamá, antes de subir al
telesilla, nos dejaron con un monitor de esquí para niños, éramos todos
novatos, claro, nos enseñaron los primeros pasos, poner y quitar los esquís,
manejar los bastones y cosas básicas. Pasé un buen rato, pero a mi hermano, le
aburría todo esto, le gustaba el trineo y así se lo hizo saber a mamá, cuando
regresaron del descenso, el muy pelota dijo:
-¡Mamá, mamá, yo quiero ir en
el trineo contigo!
Y dicho y hecho, se
montaron los dos en uno, papá y yo en otro, salieron ellos primero y comenzaron
el descenso, pero con tan mala suerte que pillaron un pequeño montículo y mamá
cayó boca abajo sobre la nieve, mi hermano, sobre mamá. Cuando llegamos
nosotros, al preguntarle, ella se quejaba de dolor en el pecho, rápidamente se
personó un médico de la estación, y a la
pregunta de qué le duele, mamá dijo que estaba bien que sólo le molestaba el
pezón, a lo que el okupa, preguntó:
-¡Señor médico! ¿Un pezón, es
un pez grande?, ¿cómo ha entrado ahí? ¡Quíteselo señor, quíteselo!
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