HOY HE VISTO
UNA ARRUGA…
Hoy he visto
una arruga en tu frente
y temblé,
como tiemblan los niños,
con profunda
nostalgia en el alma
y la dulce
emulsión del rocío.
Yo quisiera
dejar mis caricias
y borrar esa
arruga, que digo,
para luego
tomarte en los brazos
y ofrecerte,
en los mismos, su abrigo.
Pero
entiendo que tú me rechaces
y que
busques al verso escondido,
más allá de
la tierra y el cielo
y quizás del
remanso del río.
Porque
sueñas con versos diversos,
en un mundo
cruel y distinto,
donde el
hombre se aferra a las letras
de profetas
que van de sigilo.
Sin embargo
la arruga persiste
y es un
rasgo, delgado y tan fino,
como aquel,
invisible, del alma,
que tus
ojos, me dictan con brío.
Hay arrugas
que atrofian los cuerpos
y rosales
cubiertos de espinos,
como pechos,
sin duda, esperando
esa cruz que
preceda al olvido.
Hay olvidos
que están en el alma
como sueños,
latentes, sin brillo,
aunque
tengan mensaje en sus venas
y unos ojos
pendientes de abrirlos.
Porque nada
se olvida, en la vida,
y el olvido
es la arruga del lirio,
la pasión
olvidada, sin nombre,
y aquel
labio temblando de frío.
"...Hoy
he visto una arruga en tu frente
y creí que
tu olvido era el mío,
hasta ver
otra arruga en mi alma
con un beso
fugaz de Cupido..."
Rafael
Sánchez Ortega ©
09/04/16
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