TIJERA… ¡ZAS!
Acabado el verano, tocaba prepararse
para el inicio del colegio.
El primer día, alegría del
reencuentro con compañeras y búsqueda de caras nuevas. Llegada al aula y
presentación del profesorado, entrega de libros y el horario de clases. Una
signatura nueva, Labores, no me
gustó, y pregunté a la hermana sor Raquel de qué trataba. Me lo explicó y pensé
que ahí empezaban mis problemas. No me equivoqué.
Llegó el día de la semana en que
teníamos la dichosa clase y aparece la profesora de Labores, la señorita Encarnita: 1,15 metros de estatura, pelo afro
y unos zapatos negros con un tacón y plataforma que la elevaban casi hasta los
1,50 metros. Tomen nota del material a comprar: tela de lino, agujas de coser,
dedal (a mí me sobraba), botones, tijera, hilos de colores, etc. Y así se acabó
la hora.
Llega la siguiente clase con la
señorita Encarnita, y todas con el material muy ordenadito en una cajita de
madera. Instrucciones: coged la tela de lino, una aguja y un color de hilo y os
voy a enseñar a hacer un dobladillo con vainica (la primera vez que había oído
esta palabra). Nos recomendó poner hebras cortitas y así nos enseñó a rematar e
iniciar el cosido oculto, dar dos puntadas y rematar, hebra, empezar. Me
angustiaba y decidí poner una hebra muy larga para evitar tanto remate. Cuando
estaba en plena operación, que no me daba el brazo para estirar el hilo, se me
acercó con una tijera en la mano y me recitó: “Hebra de marimoco, que cosió
siete camisas y le sobró un poco”. Y ¡zas!, cortó el hilo y me quedé con veinte
centímetros, y de nuevo a rematar.
Nunca nos entendimos y, pasado el
tiempo, en una de las clases, me entregó un papel en el que había escrito:
“¡APÁTICA!”. Nunca había oído semejante palabra y, por supuesto, le pedí que me
explicara el significado, porque estaba segura de que un halago no era.
–Sí, por supuesto, te lo aclaro.
Apática quiere decir que te da igual ocho que ochocientos mil.
Risas generalizadas, incluida la
mía. No me sentí insultada y no me afectó en absoluto. Es más: creo que me
definía perfectamente.
Nieves
Reigadas©
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