miércoles, 31 de marzo de 2021

SEDÚCEME...

 


Sedúceme, decían tus pupilas y el brillo sin igual de tu mirada. Tus manos se ofrecían dulcemente en busca de las mías, que temblaban.  

Entonces se rompieron los hechizos de diques y pasiones desbordadas, cubriendo nuestros cuerpos desnudados en forma de caricias hasta el alba. No sé lo que pasó, no lo recuerdo; tan sólo he retenido tus palabras, la voz tan deliciosa que no olvido pidiendo que con fuerza te abrazara. Quizás la poesía dé respuestas y puede que en sus versos y metáforas, esté la melodía de esa noche perdida entre la niebla y la distancia. 

Sedúceme, gemiste nuevamente, y el grito te salió de las entrañas; tenías todo el cuerpo sudoroso y el pelo te caía por la espalda. 

Llenabas la dulzura de una estrella, la gracia tan sutil de una esmeralda, el dulce contoneo de una ardilla a punto de perderse entre las hayas.  

...Y yo te contemplé tras escucharte, rozando con mis dedos tus pestañas, llevando hasta tus labios la caricia y el beso y la emoción que me embriagaba. Tu pecho respondió con un suspiro al beso que en tus labios yo dejara, y luego me guiaste con tus dedos al templo del placer y de las hadas. 

Sedúceme, de nuevo, repetías, y casi no entendía de qué hablabas; estabas retenida entre mis brazos, gozando con pasión entre las sábanas. 

Gozamos como gozan los amantes, sin tiempo y sin relojes en la cama; gozamos y subimos hasta el cielo, cerrando tras nosotros mil ventanas. Corrimos los postigos del recuerdo con hiedras y también con telarañas; tapiamos los balcones y las puertas, dejando en la penumbra las estancias. Así nos dedicamos a nosotros, sin miedos a que nadie nos juzgara, desnudos en la edad de la inocencia y libres para amarse nuestras almas. 

"...Sedúceme decían, débilmente, el seno y el pezón que me invitaban, y allí se dirigieron temblorosos mis dedos a rozar la rosa amada..."  

Rafael Sánchez Ortega © 

19/03/21


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