miércoles, 18 de mayo de 2022

ÉRASE UN POEMA…



Érase un poema en una

servilleta de papel;

unas letras temblorosas

sin casuística, a la vez,

unos versos malogrados

sin corona ni laurel

y unas sienes esperando

esas glosas de la nuez.


Es por eso que las nueces

se agitaban al cascar,

por la mano y el martillo

que azotaban su percal,

y es que, al hombre, la saliva

le costaba paladear,

y sus ojos parecían

dos bolitas de cristal.


Dos pequeñas mariposas

escapadas del azul,

de ese cielo primoroso

que vestía canesú,

y es por eso que el poema

se atrancaba, sin salud,

y el poeta, sorprendido,

se rascaba la testuz.


Y es por eso, yo me acuso,

con profundo retintín,

que el poema y servilleta

hoy me hicieron infeliz,

por su tono circunspecto,

que no tiene pedigrí,

y por ser unos deberes

no muy buenos de seguir.


Terminemos la parodia

y miremos hacia el sol,

esa luz que nos alumbra

y nos deja su color,

bellas letras cantarinas

en canciones y en los blogs,

que plasmaron los poetas

con esfuerzo y con tesón.


Y así fue que aquel poema

se asomó en alguna sien,

servilletas y palabras

malsonantes del papel.


Rafael Sánchez Ortega ©

08/05/22


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