lunes, 16 de mayo de 2022

ODA AL SULFITO

 

 


No limpia, no seca,

pero embellece el estrado

y es la nuestra,

la de toda la vida.

 

No limpia, no seca,

e incluso ensucia los suelos,

pero nos agita las neuronas

de la creación.

 

Don Draper iría tostado

y nos vendió una campaña.

John Lennon, mientras, en el Hilton,

escribió “Imagine”.

John Atanasoff, de taberneo,

imaginó el primer ordenador moderno.

En la Rana Verde, sobre una servilleta, se pusieron

las primeras notas de ¡Hala Madrid! ¡Hala Madrid!

Noble y bélico adalid, caballero del honor.

En un pedazo de sulfito del Club de tenis Pompeya

se plasmó el futuro de Messi.

Y hasta yo mismo escribí

un poema en una servilleta de papel.

Y garabateé: ¡qué te follen!

Y, sinceramente, funcionó.

 

No limpia, no seca,

pero confabula, conspira

y nos pone a trabajar

tanto en barra como en mesa.

 

No limpia, no seca,

siempre en zigzag,

a rebosar de grasa y espuma

la que permanece y queremos,

que es la Servilleta Nacional.

 

¡Oh, sulfito!, hacedor de atrezo y

propulsor de ideas en los bares patrios.      

Gracias, gracias,

muchas gracias por su visita.

 

©Óscar Nuño

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