“Aunque la mona se vista de seda, mona se queda”, ¡vaya
frasecita! ¿Y los monos?, ¿qué pasa con los monos? ¿Se creen los cromañones que
con una pajarita se transforman…? Reconozco que el dicho quiere abarcar diferentes
acepciones, es un refrán y como tal traslada viejas creencias y saberes. Pero
veamos: la seda es bella, suave, adorna y viste, admite un rico cromatismo y
hasta puede resultar sensual. ¿Por qué la mona? La hembra más similar a la
mujer, más imitable, fea y peluda. Cualquier mujer es hermosa a su lado. El
viejo afán masculino de dejar a la mujer deslucida (no se me moleste nadie; por
eso digo “viejo afán”).
Recuerdo que, durante mucho tiempo, en mi infancia, no
entendía el mensaje, no sabía qué significaba, o no quería entenderlo. ¡Lista
la niña!
“El hábito no hace al monje”: igual de explícita y bastante
más delicada, al menos puede beneficiar al individuo; no así la anterior a la
individua. Habla en general y es adaptable a todo personaje y situación. ¿O no?
En este caso, el hábito lo custodia ante la sociedad, ¡porca miseria!
Recuerdo a una bella mujer, que ciertamente vestía de sedas,
joyas y alharacas, y nunca la vi ni siquiera bonita. De igual modo, recuerdo a
otra mujer que a simple vista resultaba algo anodina, sosa podría decirse; sin
embargo, de aquella sencillez emanaba un encanto muy especial, un atractivo
singular y potente. Y no, ninguna era una mona.
¡Ay, amigo Pedro! ¡Es que te lo buscas, eh!
Llega el final del curso, la proximidad del verano, un poco
el cansancio y la obligación, y entramos “en brote” ante cualquier envite. Otra
manera de decir que no estoy fresca para nuevas y pequeñas historias, unas
mejores y otras estupendas, que a lo largo del curso vamos desgranando este
grupo de valientes y esforzados cruzados que aún mantenemos el baluarte en
alto. Y que ojalá sigamos manteniendo, si nuestro Ricardo Corazón de León nos
mantiene con el ánimo guerrero.
Remedios
Llano
Junio
2022
Comillas
No hay comentarios:
Publicar un comentario