Una mala amistad es como tu sombra:
en un día soleado, ya puedes correr, que te seguirá;
en un día nublado, ya la puedes buscar, que no la encontrarás.
(Anónimo inglés).
Soy quebradiza como una hoja seca,
soy fuerte como un golpe de viento,
soy delicada como una bofetada:
soy… la palabra AMISTAD.
Óyeme en la amplitud de tu rostro:
arrojas insignificancia en tu boca,
tus venas se dilatan bajo un brote
imaginario,
soy… la palabra AMISTAD.
Dime tú: ¿no te acuerdas de quién
soy?,
¿no te acuerdas de quién he sido?,
¿no te acuerdas de mi honradez?
Soy… la palabra AMISTAD.
Tú, mar con negra espuma;
tú, pasado y futuro ya vaciado;
tú, lágrima sellada en tallo cortado:
soy… la palabra AMISTAD.
No saldrás victoriosa,
de rostro silencioso y envejecido,
que caminas por sendas de sueños.
Soy… la palabra AMISTAD.
¿Quién quiere una estrella muerta?
¿Quién quiere pasear contigo?
¿Será esto una premonición?
No. Soy… la palabra AMISTAD.
Tu cabeza,
ay, tu cabeza,
dichosa herencia de sombra
enloquecida.
Soy… la palabra AMISTAD.
Volveré al despertar del piano,
al concierto número dos de Rachmaninoff
endulzado por tus susurros
instigadores.
Soy… la palabra AMISTAD.
La puerta del templo se abre.
No moriré al cruzarla,
no te recordaré jamás:
soy… la palabra AMISTAD.
Francis Cortés Pahissa©
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