lunes, 27 de junio de 2022

LA MONA QUE SE HIZO MODELO

 


 

Toda la vida se dijo que “Aunque la mona se vista de seda, mona se queda”. Pero ¿qué pasaría si la mona fuera modelo y la vistiera Versace? ¿Seguiríamos utilizando la misma frase? Seguramente no; utilizaríamos “La mona se vistió de seda y todo el mundo la critica”, y pasamos de neutralizar a criticar, ese ejercicio que, por desgracia, cada vez más gente practica de forma amateur y excusándose en que las verdades son buenas.

¿Pero nadie dijo que la verdad tenía que llevar complementos? Nosotros, la sociedad, necesitamos que tenga empaque, como si fuera un regalo que el mundo necesitara y nadie ha pedido.

¿Y si “La mona se vistió de seda porque el algodón le da alergia”? Entonces traspasaría esa línea roja llamada comprensión disfrazada de culpabilidad de la sociedad egocéntrica en que nos hemos convertido, de la minoría que nadie espera ser pero todo el mundo comprende en las redes sociales.

¿Y si “La mona se viste de hábito y ese hábito sí la hace monja”? Entonces es cuando nos damos cuenta de que, por desgracia, valoramos a las personas por sus atuendos: es mejor alguien con pantalones largos que con bermudas, aunque éstas simplemente nos hacen ver sus pantorrillas y no lo que es realmente.

Por desgracia, esos refranes o frases hechas que toda la vida acompañaron a nuestra sociedad y son de otra época no evolucionan; como no hemos evolucionado nosotros, simplemente nos hemos quitado la seda y monas nos hemos quedado.

 

Jezabel Luguera©

No hay comentarios: